¡Rusia a tus pies! Guardá las zapatillas de punta en la valija o tu deseo de ver mucho ballet, que nosotros nos encargamos de llevarte a uno de los países con mayor influencia en este arte. El jueves 5 de marzo a las 18 horas se dará una charla informativa en Jetmar Plaza Independencia, pero dado nuestro entusiasmo nos adelantamos un poco y estuvimos hablando de primera mano con Lucía Chilibroste, encargada de acompañar, junto con Jetmar, al grupo de Ballet en Rusia en mayo del 2020.
Lucía Chilibroste: “El ballet me impulsa, me da una energía extra increíble”
El ballet no nació en Rusia, pero podemos considerar que hoy por hoy lo que entendemos como ballet clásico es ballet ruso. Esto nos explica Lucía Chilibroste, encargada de acompañar al grupo de Jetmar “Ballet en Rusia” en mayo de este año. Lucía es profesora de historia, especializada en historia de la danza, así como también colaboradora en distintos medios de prensa como El País Cultural de Uruguay, Dança Brasil y Dance Europe de Inglaterra. Desde el año pasado es la responsable de los contenidos históricos de los programas de mano que el Ballet Nacional del Sodre entrega al público en las funciones. Y en estos momentos se encuentra terminando la biografía de María Noel Riccetto, un trabajo de más de cinco años que la ha llevado a Nueva York y directamente al centro de una de sus grandes compañías, el American Ballet Theatre.
Consultada respecto al rol del ballet en su vida, Lucía nos confiesa la pasión que le genera ir verlo, al punto que sale de algunas funciones con la piel erizada. Nos describe el ver ballet como “una experiencia mágica”. Una amiga de Lucía suele decir que “el arte cura”, pero Lucía prefiere decir que “impulsa”. Entonces, “el ballet me impulsa, me da una energía extra increíble”, nos cuenta. Su vida se enredó de tal manera con el ballet que hoy parecen inseparables.
Experiencias anteriores en Nueva York
No es la primera vez que Lucía realiza con Jetmar un viaje de este estilo. En 2018 y 2019 acompañó a dos grupos a ver ballet a Nueva York. De ambas oportunidades Lucía comenta la heterogeneidad de los grupos, pero con la particularidad de que compartían una pasión en común.
También destaca lo enrriquecedor de viajar en grupo y de compartir la experiencia del ballet. Lucía recuerda las reuniones del grupo de Nueva York en el balcón del teatro Lincoln Center para tomar café o champagne previo a las funciones, o en los entre actos; una experiencia que describe como “mágica”. De Nueva York también nos menciona como un gran momento la visita guiada que llevó al grupo a conocer y a pisar el mismísimo escenario del New York City Ballet.
Aunque no todo es ballet. Lucía menciona que también viven y buscan otras experiencias del lugar en el cual se encuentran: pasear por mercados, conocer restaurantes, probar comidas deliciosas (algo que considera otra gran pasión), y todo lo que te haga disfrutar por completo del viaje.
¿Por qué Rusia?
Lucía nos explica que si bien el ballet no nació en Rusia, fue en las principales ciudades de dicho país, San Petesburgo y Moscú, donde este arte tuvo gran desarrollo, a través de sus dos gigantescas compañías: El Mariinsky (Kirov) en la primera y el Bolshoi en la segunda.
Al consultarle respecto a quién está enfocado este tipo de viaje nos dice que no es necesario que el viajero sea fanático o balletómano, basta con que a la persona le guste el ballet o que le genere un interés la vida cultural. El viajero es libre de sumarse a lo que le interese, pero sabiendo que tendrá la posiblidad de realizar actividades y paseos que tienen al ballet como eje, y de visitar lugares que tal vez en otra circunstancia te dificultaría encontrar acompañante o quizás a los cuales ni siquiera tendrías acceso.
En San Petersburgo, nos cuenta entusiasmada, propondrán navegar por el Neva, probar delicatessen rusas, visitar los teatros del Bolshoi y el Mariinski, conocer la mansión de Mathilde Kschessinska, la gran bailarina de los Teatros Imperiales, o de la estrella soviética Galina Ulánova, y la Academia Vaganova de donde egresaron figuras como Nuréyev o Baryshnikov.
Expectativas
“Mis expectativas para este viaje son enormes. Rusia es un país enorme y maravilloso. Su cultura de ballet está impregnada en todos lados. Entonces poder viajar acompañado a vivir todo esto parece un sueño”, cierra Lucía.
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