Que sí, que Madrid es muy bonita, muy cosmopolita, muy heterogénea, muy gastronómica, muy terracera, muy de barrio… Pero hay otros mundos en menos de 100 kilómetros a la redonda por descubrir. Así que huimos del champiñón de contaminación para disfrutar del cielo y de la tierra de estos pueblos que aún atesoran su esencia rural.
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